MÉTODOS DE INTERPRETACIÓN
Desde el primer instante en que un ser humano se dirigió a
otro, mediante el uso del lenguaje, hasta el día de hoy, las leyes esenciales
de la interpretación fueron, y han continuado siéndolo, un asunto práctico. La
persona a quien se hablaba, siempre ha sido un intérprete en cada caso en que
ha oído y entendido lo que se le decía. Por consiguiente, toda la raza humana
es, y siempre ha sido, intérprete. Esto es una ley de su naturaleza racional,
inteligente y comunicativa.
La mayor parte de los métodos de explicación erróneos y
absurdos tienen su origen en falsas ideas acerca de la Biblia misma. Por una
parte hallamos una reverencia supersticiosa por la letra de la Escritura, lo
que induce a escudriñar en busca de tesoros de pensamiento escondidos en cada
palabra; por otra parte, los prejuicios y suposiciones hostiles a las
Escrituras han engendrado métodos de interpretación que pervierten, y a menudo
contradicen, las declaraciones mas claras de las Escrituras.
La historia de la exposición bíblica, tal como se la
descubre en las obras de los grandes exegetas y críticos, nos muestra los
diversos métodos de interpretación que han prevalecido. A continuación las
analizaremos con el propósito de que el exégeta bíblico tenga conocimiento de
cada una de ellas.
Método alegórico.
Generalmente se atribuye su origen a la mezcla de la
filosofía griega con las concepciones bíblicas acerca de Dios.
Éste método de interpretación se basa en una profunda
reverencia por las Escrituras y un deseo de exhibir sus múltiples profundidades
de sabiduría; pero se notará inmediatamente que su costumbre es desatender el
significado común de las palabras y dar alas a toda clase de ideas fantásticas.
No extrae el significado legítimo del lenguaje del autor
sino que introduce en él todo lo que al capricho o fantasía del intérprete se
le ocurre. Como sistema, pues, se coloca fuera de todos los principios y leyes
bien definidos.
Método místico.
Ésta forma interpretativa está profundamente ligada a la
alegórica. Ésta enseña que deben buscarse múltiples profundidades y matices de
significado en cada palabra de la Biblia. Por lo tanto los intérpretes
alegóricos, muy naturalmente, caen en muchas cosas que deben clasificarse con
las teorías místicas.
Método pietista.
Éste método enseña que el intérprete es guiado por "una
luz interna", recibida como "una
unción del Santo" (1 Juan 2: 20). Las reglas de la gramática y el
significado y el uso común se abandonan, sosteniéndose que la Luz interna del
Espíritu es el Revelador permanente e infalible. De aquí surgen doctrinas como el yoga y el tantra, las cuales procuran la perfección a partir de la
espiritualidad interna.
Naturalmente, debiera suponerse que esta santa luz interna
nunca se contradiría ni guiaría a sus seguidores a diversas exposiciones de un
mismo texto, pero las interpretaciones divergentes e irreconciliables
prevalecientes entre los adherentes de este sistema demuestran que la tal
"luz interna" no merece confianza dado que como los sistemas alegórico
y místico, de interpretación, el Pietismo admite la santidad de las Escrituras
y busca en ellas lecciones de vida eterna, pero en cuanto a principios y reglas
de exégesis es más ilegal e irracional.
El pietista es ley para sí mismo, de modo que su propio
sentimiento o fantasía subjetivos es lo que pone fin a toda controversia. Él se
establece como un nuevo oráculo, y en tanto que profesa seguir la palabra
escrita de Dios, establece su propio dicho como otra revelación.
Método o teoría del acomodamiento
(racionalista).
Según ella, las enseñanzas bíblicas acerca de los milagros,
el sacrificio vicario y expiatorio, la resurrección, el juicio eterno y la
existencia de ángeles y demonios, deben considerarse como acomodamientos a las
ideas supersticiosas, las preocupaciones y la ignorancia de la época. De esta
manera se hacía a un lado todo lo sobrenatural.
Rechazó la doctrina de la inspiración divina de las
Escrituras y sostuvo que como el Antiguo Testamento fue escrito para los
judíos, cuyas ideas religiosas eran estrechas y erradas, no podemos aceptar sus
enseñanzas como una regla general de fe. Este método no solo impugnaba la
veracidad del NT sino del mismo Señor Jesucristo.
Método de la interpretación moral
(racionalista).
Debe su origen al célebre filósofo Kant. La prominencia que
da a la razón pura y al idealismo mantenido en su sistema metafísico, conducen,
naturalmente, a la práctica de hacer inclinar las Escrituras a las exigencias
preconcebidas de la razón porque aunque toda la Escritura sea dada por
inspiración de Dios, tiene por su valor y propósito prácticos la mejora moral
del hombre sin ocuparse de las consecuencias eternas que tiene el hombre al
apartarse o acercarse a las Escrituras.
Fácil es ver que semejante sistema de interpretación, que
públicamente desconoce el sentido gramatical e histórico de la Biblia, no puede
tener reglas dignas de confianza o consistentes. Al igual que los métodos
místico y alegórico, deja todo librado a la fe o a la fantasía del intérprete.
Método naturalista (racionalista).
De todas las teorías racionalistas, la Naturalista es la más
violenta y radical. Acepta la verdad histórica de las narraciones de los
evangelios pero sostiene que la manera de explicarlas es asunto de opinión.
Rechaza toda agencia sobrenatural en los asuntos humanos y
explica los milagros de Jesús ora coma actos de bondad, ora como demostraciones
de pericia medica, o como ilustraciones de sagacidad y tacto personales,
registrados en la narración de una manera característica de la época y de las
opiniones de los diversos escritores. El caminar de Jesús sobre las aguas, era,
simplemente, una caminata por la playa; el bote estuvo todo el tiempo tan cerca
de la orilla, que cuando Pedro saltó al agua, Jesús pudo alcanzarle y salvarle
desde la playa. La excitación fue tan grande y tan profunda la impresión sobre
los discípulos, que les pareció que Jesús, milagrosamente, había caminado sobre
las aguas e ido en su auxilio.
El milagro aparente de alimentar a cinco mil personas con
cinco panes, se realizó, sencillamente, por el ejemplo que Jesús ordenó a sus
discípulos que dieran, de distribuir a los que les rodeaban de las pocas
provisiones que tenían. Este ejemplo fue pronto seguido por otros grupos y se
halló que había comida más que suficiente para todos. Lázaro no murió
realmente; sufrió un desmayo y se le creyó muerto. Jesús sospechó estas cosas
y, llegando a la tumba en el momento oportuno, halló confirmada su suposición;
y su sabiduría y poder, en este caso, hicieron una impresión profunda y
duradera.
Se vio inmediatamente que este estilo de exposición anulaba
las leyes racionales del lenguaje humano al mismo tiempo que minaba la
credibilidad de toda la Historia. Por otra parte exponía los libros sagrados a
toda clase de sátiras. Sólo por muy corto tiempo despertó algún interés.
Método mítico (racionalista).
Ésta teoría parte de la idea de que toda la vida llena de
perfecciones y andar sobrenatural del Señor Jesucristo son solo mitos que se
sucedieron a partir de hombres y mujeres que idearon de algún modo hacer que
trascendiera la historia más fabulosamente contada jamás.
Esforzándose por demostrar de qué manera la Iglesia,
espontáneamente, originó al Cristo de los evangelios, toda esta teoría nos deja
a obscuras, sin mostrarnos causa o explicación suficiente del origen de la
Iglesia y del Cristianismo mismo. La interpretación mítica no ha tenido
aceptación entre los estudiantes cristianos y tiene muy pocos adeptos en la
época actual.
Método apologético.
Los ataques escépticos y los racionalistas contra las
Escrituras han hecho surgir un método de interpretación que podemos llamar
apologético. Se propone defender, a toda costa, la autenticidad, genuinidad y
credibilidad del sagrado canon, mediante el uso del raciocinio humano.
Esta corriente pretende ayudar a Dios para demostrar por
medio de la razón que todos los hechos relatados en la Biblia son veraces. La
intención no está del todo mal pero, querer defender la Palabra de Dios es
tanto como decir que Dios requiere de nosotros para existir.
La Biblia no necesita argumentos humanos que aboguen a favor
de ella puesto que en ella misma se encuentra toda la información necesaria
para contestar a los pasajes que pudieran parecer oscuros o difíciles de
interpretar.
Método histórico gramatical.
Distinguiéndose de todos los métodos de interpretación
mencionados podemos referirnos el HistóricoGramático como el método que más se
recomienda al criterio y a la conciencia de los estudiantes cristianos. Su
principio fundamental consiste en conseguir de las Escrituras mismas el significado
preciso que los escritores quisieron dar. Ese método aplica a los libros
sagrados los mismos principios, el mismo proceso gramatical y el mismo proceso
de sentido común y de razón que aplicamos a otros libros.
El exégeta históricogramático dotado de convenientes
cualidades intelectuales, educacionales y morales, aceptará las demandas de la
Biblia sin prejuicios o prevenciones; y sin ambición alguna de demostrarlas
como verdaderas o falsas investigará el lenguaje y tendencias de cada libro con
toda independencia y sin temor de ninguna clase; se posesionará del idioma del
escritor, del dialecto especial que hablaba, así como de su estilo y manera
peculiar de expresión; averiguará las circunstancias en que escribió, las
maneras y costumbres de su época y el motivo u objeto que tuvo en vista al
escribir.
Tiene el derecho de suponer que ningún autor en su sano
juicio será, a sabiendas, inconsecuente consigo mismo ni tratará de extraviar o
de engañar a sus lectores.
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